Una de las cosas que debes de tener antes de iniciar la alimentación complementaria es la silla para comer de tu bebé. Actualmente podemos encontrar en el mercado muchas opciones y de diferentes precios y características.
Son muchas las ventajas de poder sentar a tu bebé en su propia silla para comer. No te recomiendo que lo sientes en tus piernas o en la carriola, ya que no le estarás ofreciendo la mejor postura para comer.
Uno de los aspectos que hay que cuidar cuando tu bebé comience la alimentación complementaria es la posición para comer, algo tan sencillo puede influir mucho en la cantidad de comida que consuma y a las emociones que empiece a relacionar con la hora de comer.
Posición correcta para comer
Cuando sientes a tu bebé en su silla para comer, vigila que se cumplan estos cuatro puntos:
Espalda recta: esta posición no solo ayudará a estar más cómodo, también permite que tanto tracto digestivo como vía aérea estén bien alineados, disminuyendo riesgo de atragantamiento.
Codos por arriba de la altura de la mesa: si el bebé tiene los codos por debajo de la mesa, no le permitirá alcanzar y coger los alimentos de manera sencilla, dificultando que pueda comer por sí mismo.
Rodillas flexionadas: con las rodilla flexionadas en un ángulo de 90 grados damos mayor seguridad y ayudamos a que los pies estén en la posición correcta para contar con apoyo, el cual es el siguiente punto.
Pies con apoyo: que los pies tenga apoyo permite que sé envíen señales de propiocepción las cuales ayudarán al bebé a ubicarse en la posición y el momento de comer.
A continuación te dejo algunas recomendaciones:
Te recomiendo que inviertas en una buena silla que crezca junto con tu bebé para evitar que tengas que estar cambiando de silla ya sea porque no es cómoda o funcional, o porque ya le queda chica a tu bebé.